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Aquella noche los Poemas Escocían como notas de Suicidio es el nuevo poemario de Juan Cabezuelo, aunque intentar describir la poesía es un trabajo harto estéril, lo mejor es sumergirse en las palabras entrelazadas magistralmente por su autor.
Después de dos lecturas la sensación de haber viajado a las entrañas del autor es abrumador, muy raramente un autor se muestra tan honesto y sincero a la hora de abrir sus recuerdos, sus anhelos, sus metas, inquietudes... Juan en esta ocasión se niega a maquillar su prosa con abalorios estéticos y se cuida mucho de describir las situaciones y sensaciones tal cual las siente.
En muchas ocasiones el autor puede llegar a incomodar al lector, pues lo descrito por el, nos toca demasiado cerca, nos sentimos demasiado identificados, como cuando nos miramos en un espejo y aborrecemos lo que nos muestra.
Aunque suene contradictorio Juan consigue atrapar la belleza de las alcantarillas.
El otro día le comente : .—¡Joder! tío es que a mi la poesía no me gusta, y en cambio tus poemas me cogen por la pechera y no me dejan hasta unos días más tarde.- A lo que el me contesto:.—No es que no te guste la poesía, si no... que aún no has leído al poeta que te pateé los huevos—. Juan Cabezuelo sin duda alguna me ha pateado soberanamente las pelotas.
Después de dos lecturas la sensación de haber viajado a las entrañas del autor es abrumador, muy raramente un autor se muestra tan honesto y sincero a la hora de abrir sus recuerdos, sus anhelos, sus metas, inquietudes... Juan en esta ocasión se niega a maquillar su prosa con abalorios estéticos y se cuida mucho de describir las situaciones y sensaciones tal cual las siente.
En muchas ocasiones el autor puede llegar a incomodar al lector, pues lo descrito por el, nos toca demasiado cerca, nos sentimos demasiado identificados, como cuando nos miramos en un espejo y aborrecemos lo que nos muestra.
Aunque suene contradictorio Juan consigue atrapar la belleza de las alcantarillas.
El otro día le comente : .—¡Joder! tío es que a mi la poesía no me gusta, y en cambio tus poemas me cogen por la pechera y no me dejan hasta unos días más tarde.- A lo que el me contesto:.—No es que no te guste la poesía, si no... que aún no has leído al poeta que te pateé los huevos—. Juan Cabezuelo sin duda alguna me ha pateado soberanamente las pelotas.
