Entrevista a Oscar Ryan en Arte-Factor

04/03/2019 

Entrevista a Oscar Ryan por su novela «Luz en el lado oscuro»



Hace poco ha caído en mis manos la novela inédita de Oscar Ryan «Luz en el lado oscuro», que será publicada por la editorial Open City próximamente.

Algunos, como es mi caso, ya le conocerán por su novela «Arcadia», el primer trabajo del autor. Este segundo trabajo, con un contenido filosófico muy interesante e irreverente, revisa las normas impuestas por Yahvé a la humanidad. Con una historia fluida en la que Satanás (o Luzbel, en fin, el tipo tiene muchos nombres) nos ofrece un visión de un dios tiránico y obsesivo que ejerce la opresión sobre su propia creación.

Javier: En primer lugar Oscar, te felicito por la novela. Ha reafirmado ideas que había ido acuñando sobre la religión y me ha alegrado mucho ver que hay otras personas con un pensamiento similar al respecto. ¿Qué te ha llevado a pasar de la ciencia ficción a un relato tan satírico sobre el judeocristianismo?


Oscar: Gracias por tus palabras Javier. La verdad, es que esta novela la empecé a escribir antes que Arcadia, solo que me tomé un tiempo de descanso en ella, para retomarla más tarde. En Arcadia quise hacer un homenaje a la saga Fundación de Isaac Asimov, pero, dándole un enfoque crítico de la sociedad, tal como he hecho en “Luz en el lado oscuro”. No me considero una persona asocial, sin embargo, es cierto que desde muy niño siempre he sentido una gran tentación de rebelarme contra lo establecido, si mas no, como mínimo cuestionarlo.

Por ello, creo que salvando los escenarios (Uno un futuro galáctico, y otro los pasajes de la Biblia) el mensaje es el mismo. Denunciar la opresión, la tiranía, y sobre todo, remarcar que la historia siempre la escriben los vencedores.

La novela empieza con una pregunta, ¿Discernimos entre el bien y el mal, o repetimos una y otra vez los dogmas aprendidos? Y dejo que sea el lector el que se conteste a si mismo con franqueza. Como dice uno de los personajes secundarios de la novela “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” y yo no lo estoy. He de confesar que, como la mayoría de la gente, tengo mis prejuicios formados en función de mi mentalidad subjetiva, e informaciones que he dado como ciertas sin ser contrastadas. Por ello, en mis novelas, intento realizar un canto a trabajar más con la mentalidad objetiva, y pensar por nosotros mismos basándonos en conocimiento empírico, y sin anteponer a priori conceptos aprendidos.

Me resultó divertida la idea de imaginar que todo lo escrito en la biblia, no era más que una versión (de hecho es lo que es) de la parte ganadora en un conflicto. Relegando de este modo a los perdedores, a simples secundarios con nada más que decir que lo atribuido por boca de la facción triunfante.

Imaginé entonces, o mejor me pregunte… ¿Y si esa no es la verdad?

Como narrador me puse en el papel de un escriba al servicio de Lucifer, para mostrar su versión. Y esta versión, es que él no es el causante de los males de la humanidad, sino un defensor, un libertador frente a un tirano que quiere imponernos sus normas a sangre y espada.

De todos modos, con ella no pretendo ofender sensibilidades, sino abrir la mente ante otras posibilidades, y pedir a la gente, que opte por un pensamiento crítico y razonado, independientemente de la posición final a la que lleve su raciocinio.

Una lucha entre la luz y la oscuridad, en nombre de la humanidad. Miles de muertos y heridos en una batalla entre ángeles y demonios. Y una pregunta final ¿Todo este esfuerzo por los seres humanos? Tanta sangre derramada por una especie que tal vez no sea merecedora de tanto sacrificio.

Javier: A eso le llamo yo una respuesta. Sin duda quien a quien se pueda sentir ofendido por esta novela desde el plano religioso solo puedo decirle que anda bastante mal de fe. La intención mucha veces (o casi siempre) acaba siendo lo que menos cuenta; así que cualquier persona con el dogma metido en sangre se dará por ofendida. De hecho, como hombre previsor has incluido al principio de la novela una advertencia para ese tipo de individuos a lo que casi podríamos catalogar como colectivo. Ahora bien, me ha llamado mucho la tención que te hayan recriminado algo anteriormente a este respecto como está escrito en ese aviso. ¿A qué tipo de reproches morales has tenido que enfrentarte en el plano artístico?

Oscar: El texto incluido al principio de la novela, es una declaración de principios. Quiero dejar claro que se trata de una obra de fantasía, y que como tal debe ser tratada. Por eso recomiendo a las personas con un alto grado de sentimiento religioso, que no la lean, o que como mínimo, lo hagan bajo su responsabilidad.

Haciendo referencia a la literatura clásica, considero que no debe leerse como si fuese una obra del mester de clerecía. Es decir, no se trata de enseñar, de adoctrinar, de mostrar a la gente el camino, sino, que se asemeja más al mester de juglaría, una obra para divertirse, para olvidarse de los prejuicios, y estar preparados para el absurdo, dejando volar su imaginación.

En cuanto a tu pregunta, sobre los tipos de reproches morales que me han hecho, comentarte que era algo que al principio me afectaba, pero que poco a poco he aprendido a no darles importancia. Por ejemplo, en un texto que escribí para mi antiguo blog, con el título “Días de futbol”, el protagonista se encontraba con un amigo, horas antes de la final de un campeonato. Este sujeto, le explicaba lo emocionado que estaba ante el partido y lo feliz que se encontraba, pese a haberse quedado en paro, haber perdido su vivienda, haberse divorciado recientemente, y tener prohibido ver a sus hijos. Lo único que le importaba era la victoria de su amado equipo de futbol, esa sensación de alejamiento de la realidad (al más puro estilo pan y circo, romano) molestó a algunos lectores, y me recriminaron que los forofos no son así. Con esa reflexión crítica al futbol, que hacía el protagonista, algunos lectores se sintieron aludidos como aficionados a ese deporte.

Yo simplemente quiero declarar que muchas veces los personajes están exagerados (o no) y que sus reacciones pueden hacer que nos veamos reflejados en ellos, pero debemos obviar eso. No es escribe como un ataque, se hace como un arma literaria para dar sentido al texto. En una novela con decenas de personajes, es fácil empatizar con alguno, y si de pronto ese dice o hace algo que contraviene nuestros dogmas, es posible ofenderse. Sin embargo, ¿Qué puede hacer el autor al respecto? Nada, posiblemente este dejando volar su imaginación y plasma en los personajes todas las aberraciones que dormían en algún lugar del lado oscuro de su mente. Me preocupa la gente que no sabe diferenciar entre realidad y ficción.

Javier: Ese gente es preocupante, y por desgracia heredarán la tierra; si es que no es ya suya. Antes mencionaste a Asimov, un tipo fascinante. Me gustaría que nos contases un poco sobre tus influencias literarias y cuales crees que son las que puede encontrar el lector en tu literatura; sin necesidad de comprar claro.

Oscar: El primer libro que leí (regalo de mi madre) fue Moby Dick de Herman Melville, y me fascinó. Es una obra tremenda, con muchos planos de interpretación. Puedes leerla como una simple aventura épica, pero si profundizas, tiene un mensaje brutal. La obsesión es algo que nos puede llevar a perder el raciocinio (entre otras cosas). Me dio mucho que pensar, e inconscientemente, creo que hay mucha influencia de esto en mi modo de escribir.

Otros autores internacionales con los que disfruto, son Isaac Asimov (a quien dedique mi novela Arcadia, como homenaje a su obra), Stephen King, Robin Cook, John Grisham, Truman Capote, Anne Rice, Dalton Trumbo, etc. También, como no, autores españoles como Miguel de Unamuno y Pio Baroja.

Recuerdo que en clase literatura, me tocó leer San Manuel Bueno, mártir. En principio lo tomé como un trabajo escolar, pero lo disfruté como un loco. Las dudas existenciales, la crisis de fe, el sentimiento atormentado del protagonista, me parecieron sublimes. También creo que hay mucha influencia de estos cuestionamientos sobre lo humano y lo divino en mis novelas.

Contestando ahora a la segunda parte de tu pregunta, personalmente creo que entramos en terreno escabroso. Hay algunos autores (tú también los conoces) que en el momento del lanzamiento de sus novelas, les encanta publicitarla con mensajes tipo: “El nuevo Ernest Hemingway”; “Desde Bukowski, nada me había impresionado tanto”; “Pensaras que se trata de una obra inédita de Lovecraft”

Considero que esto es muy peligroso para el autor, aunque el crea que le beneficia. Es como el niño que aprende a ir en bicicleta, y necesita de las ruedecitas adicionales para no caerse y poder hacer camino. Yo prefiero arriesgarme y no ponerlas, y que pase lo que tenga que pasar.

Te pondré un ejemplo, imagina que hay una novela que a priori te podría gustar, pero yo te digo que el escritor es clavado a Franz Kafka (y resulta que es tu autor favorito). Empezaras a leer esa novela con unas expectativas tan grandes, que con toda seguridad al final del primer capítulo, ya habrás decidido que es una mierda. Hemos pasado de que podrías haber encontrado a esa obra como algo bueno, a acabar decidiendo que es basura.

No me gustaría que ningún lector buscase en una novela mía, algo que no va a encontrar. Evidentemente algunos personajes, situaciones, descripciones de lugares, cualquier cosa, le pueden recordar a algún escritor. Todos tenemos influencias, y raramente se inventa algo. Cuando aprendemos a andar ya lo hacemos, en cierto modo, imitando a nuestros padres. Lo mismo ocurre en la literatura, aprendemos a escribir, imitando inconscientemente a nuestros escritores de cabecera.

Como conclusión, y volviendo a reiterarme, que nadie empiece una novela mía, intentado encontrar similitudes con alguno de los autores que he citado como influencias.

¿Te gustaría que una mujer se enamorara de ti, porque le recuerdas a su ex?

Javier: Jajajaja. La verdad es que personalmente me echa mucho para atrás cuando aparece un nuevo Bukowski, o «lo mejor hayas leído desde Palahniuk». Además de ser consciente de que a muchos les pueda pasar lo mismo. Con otros parece que esta propaganda tan miserable funciona, pero bueno, al infierno con ellos y con esos escritores que has mencionado y de los que a alguno conocemos.

Ahora me gustaría que nos contases un poco como ha sido trabajar con Open City, que expectativas tienes con ellos y qué te ha llevado a trabajar con el sello.

Oscar: Conocía de refilón a Daniel Aragonés de un grupo de google plus de literatura oscura. Ahora no recuerdo el nombre, creo que era letras malditas. Uno de los administradores era Juan Cabezuelo, con el que si tenía total confianza. Años después, Juan me comentó que hacia una presentación de un poemario conjunto con Francisco Cazorla, Diego Torres, y Daniel Aragonés. A partir de ese momento, fue cuando entre en contacto con Daniel, que es el editor de Open City. Más tarde, y tras leer mi primera novela Arcadia, empezamos una serie de conversaciones, que poco a poco nos llevaron a adquirir una amistad. Cuando le comenté que estaba preparando “Luz en el lado oscuro”, me habló de su proyecto (embrionario en ese momento) de crear una editorial underground, donde solo publicaría obras que tuvieran una marcada crítica social, o que cuento menos le parecieran interesantes y que aportaran algo diferente a las cientos de editoriales existentes.

Total, que le envié el borrador de la novela, y me contestó que le gustaría que fuese de Open City. No me lo pensé ni un segundo, y me alegro muchísimo. Aparte del tema ventas, lo más importante para mí es como se trata tu obra. Mis anteriores experiencias no habían sido nada gratificantes. En mi antigua editorial no había conversaciones más allá de las unidades que se podrían vender y de organizar las presentaciones. Sin embrago, con Open City todo es diferente. Se prima el tema artístico, el mensaje, las diferentes líneas interpretativas de la obra. Eso es un placer, largas conversaciones discutiendo el significado de una frase, o las actuaciones de un personaje. Como autor, estar en una editorial así, es lo mejor que te puede pasar (o al menos yo así lo entiendo).

¿Qué expectativas tengo con Open City? Ninguna. Y no lo digo en el mal sentido, sino todo lo contrario. Para mi Open City no es una editorial, es una familia. Me importan las ventas tan solo para que el proyecto de Daniel (y ahora mío) salga para adelante. Él es quien ha invertido lo que tiene, ha arriesgado por los autores. Él es quien se la juega, si algo saliese mal, sería el mayor perjudicado. ¿Qué puedes hacer ante eso? Ofrecer ayuda incondicional. No estoy en una editorial, como ya he dicho antes, estoy en una familia, y estoy a muerte con Open City. No sé si se puede decir esto en una entrevista (Si crees que no lo borras… Jajaja) pero yo no espero sacar ni un céntimo de las ventas de “Luz en el lado oscuro”. Absolutamente todo lo que se recaude con mi novela, se destinará a apoyar nuevas obras de la editorial.

Javier: El día que me ponga a censurar, el mundo se habrá ido a la mierda del todo. De hecho es un gustazo ver a personas con este grado de implicación en un proyecto. En tu novela, evidentemente, está el bien y el mal; con las difusas líneas que siempre tiene este concepto. Ya saqué el tema hablando con Daniel Aragonés en una entrevista que le hice hace poco. Dentro de tu filosofía ¿dónde crees que se encuentran tales fronteras entre lo bueno y lo malo? Reconociendo que tales términos tengan algún tipo de validez por supuesto.

Oscar: Bueno, pues creo que tú mismo has contestado… Jajaja. ¿Tienen validez esos términos?

Entramos en el mundo de la filosofía. El bien y el mal, son a mí entender, términos relativos. En ocasiones se pueden ver desde diferentes puntos de vista, según la posición en la que nos encontremos. Por ejemplo: Durante una guerra, un país A, realiza un bombardeo sobre territorio de un país B. El país A, ha logrado alcanzar sus objetivos con esta acción, entonces bajo su punto de vista, está “bien”. En cambio, bajo el punto de vista del país B que ha sufrido bajas, la acción ha estado “mal”.

Sin embargo, creo que tú me preguntas sobre el concepto universal del bien y el mal, y si existe en los hombres una posición predeterminada e innata.

No estaría de acuerdo con esta posición tan socrática. Ni el hombre es virtuoso por naturaleza, ni los valores éticos son constantes.

Yo creo que el bien y el mal son construcciones sociales (a grandes rasgos) por ende, nos podemos encontrar acciones que son consideradas como buenas en unas sociedades, mientras que en otras pueden ser vistas como aberraciones.

La diferencia entre el bien y el mal, es según yo lo entiendo, un código de conducta que nos hemos impuesto como grupo, para poder sobrevivir. En caso contrario, todo se regiría por la ley de la jungla y del más fuerte. Determinando conceptos que están bien, y otros que están mal, podemos fijarnos unas normas que nos permiten sostener nuestra civilización.

Evidentemente, hay cosas que yo diferencio como buenas y malas, y estoy de acuerdo en seguir las pautas preestablecidas de no hacer nada malo… a no ser que sea absolutamente necesario para mi supervivencia.

Centrándonos en el caso concreto de mi novela “Luz en el lado oscuro” la diferencia entre el bien y el mal, yo la he querido enfocar como una lucha de poder entre diferentes formas de gobernar a los humanos, por parte de los seres celestiales.

Se contrapone el modo dictatorial y rígido de Yahveh. Él crea unas normas según las cuales la humanidad debe obedecerle ciegamente. Pese a darle a los humanos libre albedrio, en realidad no quiere que lo usen. Él fija claramente la frontera entre el bien y el mal.

Sin embargo, su antagonista, Lucifer, considera ese concepto, como algo más subjetivo, más difuminado. Él pide a los hombres que usen su libre albedrio para reconsiderar lo que está bien y lo que está mal. Y que tomen la decisión por ellos mismos.

En este sentido, podría estar más de acuerdo con la posición de Luzbel, ya que me considero una persona de espíritu liberal. No me gustan las imposiciones, el hazme caso porque si, el yo mando, yo ordeno. Cada uno debemos elegir nuestro propio concepto del bien y el mal según nuestro raciocinio.

Hay gente que prefiere obedecer al pastor. Por eso son parte del rebaño. Yo prefiero la vida solitaria del lobo.

Javier: Sé que después de una publicación, suena a típica pregunta de mierda pero ¿tienes algún proyecto literario entre manos ahora mismo?

Oscar: Jajajaja. La mierda no tiene porque ser mala, perse. Me parece una pregunta apropiada, aunque no fácil de contestar.

Debería decirte que no, o que estoy pensando en ello. Pero, lo cierto es que soy un mar de dudas. Hay épocas en que no puedo parar de escribir, y otras que en cambio, no consigo hacerlo. Estoy ahora mismo en esa segunda etapa. No me apetece escribir, aunque espero que eso pase pronto, de hecho, tengo tres proyectos en mente, semi empezados.

Uno es la segunda parte de lo que quiero que sea la trilogía de Arcadia. Han pasado cien años desde la victoria sobre el imperio. Arcadia se encuentra en un período de expansión en el que se agrupa en una conferencia de planetas en busca de más poder en la galaxia, intentando arrebatárselo al cada vez más decadente y debilitado imperio terrestre.

Otro es una historia vampírica. Pero no desde el prisma romántico, sino desde un planteamiento de dolor. El hastío de vivir cientos de años observando una y otra vez las mismas miserias humanas, viendo como los hombres repiten constantemente los mismos errores. Disfrutando en principio de quitar la vida y abusar de hombres y mujeres, pero llegando a aburrirse de eso.

El protagonista se ve inmerso en esas dudas existenciales, mientras ocurre algo en la sociedad vampírica.

Un nuevo virus que sé transmite a través de la sangre ( referencia al sida) les está afectando. Pero, él encuentra una cura. El dilema será… ¿Ayudar a su especie, o esperar que todos mueran?

Mafias y grupos de presión de vampiros van a perseguirlo.

Y por último, la tercera idea trata sobre el mundo del servicio militar en el Madrid de los años ochenta.

Un soldado de reemplazo que sirve en la policía militar, se vería implicado en el misterioso asesinato de un oficial golpista del 23F. El caso es asignado (por conveniencia) a un inexperto teniente, bastante inútil. Este soldado, le ayudará (inesperadamente) a resolver el caso… o no. Jajajaja.

Bueno, lo dicho, estoy meditando por donde tirar.

Javier
: Si señor, tienes material al que ir dando caña. Seguro que pronto le darás de nuevo a las letras y estaré ahí para coger tu próxima novela y disfrutarla como lo he hecho con las dos que ya tienes publicadas. Te deseo mucho éxito con «Luz en el lado oscuro», tanto la novela como tú os lo merecéis. Y te agradezco el tiempo que has dedicado a contestar a mis preguntas. Ha sido todo un placer señor Ryan.

Oscar: Un placer el tiempo dedicado a tus preguntas. Y muchas gracias , de nuevo, por tus palabras sobre mis novelas.